Historias de vacaciones 1: Dame paciencia, diossssmío, dame paciencia

jueves, 8 de julio de 2010

Cualquiera que me conozca un poco sabe que no me gustan los niños. Quienes me conocen algo más afirmarán, sin dudar, que los odio. Y no les falta razón. Pero tanto odio a los pequeños como a algunos de sus padres. ¿Por qué no hacen un carnet para ser padre? ¿Eh? ¿Por qué para tener un arma o conducir un coche necesitas un permiso y para procrear no? Será por no acabar con la raza humana, digo yo, porque estoy segura de que el 90% de los examinados no aprobaría.

Pero bueno, que me lío, que lo que quería era contaros una anécdota de estas vacaciones con dos luciferes como protagonistas, como no podía ser de otra manera debido a mi innato imán para atraer a fierecillas. Yo creo que son como los perros, que huelen el miedo.





Estábamos ÉL y yo en la isla de Elba (maravillosa, por cierto), en una preciosa calita disfrutando del sol y decidimos bañarnos. ÉL se zambulló en menos de medio minuto. Yo, en cambio, friolera por naturaleza, iba poquito a poco: primero los pies, después hasta la rodilla... hasta que el agua me llegó a medio muslo. Quietecita, esperaba a que mi cuerpo se acostumbrara a la temperatura cuando, de repente, dos monstruos con forma de niño emergieron de la nada para salpicarme.

“Aguanta Perla” - me dije - “habrá sido sin querer”. Seguí sonriendo embelesada ante tanta belleza (la de ÉL y la del paisaje también, claro) hasta que sentí de nuevo en mi cuerpo el frescor del agua que levantaban las dos criaturas... una vez, dos, tres... así hasta diez por lo menos. “Putosniñosdeloscojones” - ladré para mis adentros - “no habrá playa suficiente, no...”

Les miré con odio. Con mucho odio. Pero no surtió efecto. A pesar de mi monumental cabreo, siguieron con sus juegos durante al menos dos minutos a escasos milímetros de mí llegando, incluso, ¡¡a rozar mis piernas!!

¿Quién va a acabar con la cabeza enterrada en la arena? ¿Eh? ¿Quién?” - les dije. Pero eran extranjeros, no me entendían. Probé a insultarles pero tampoco se dieron por aludidos.




Así que cagándome en su madre y en su padre decidí salir del agua y justo, JUSTO cuando estaba dándome la vuelta escucho una voz que provenía de la orilla: “Fulanini, Menganini” - (es que eran italianos) “cuidadini”.
Era la madre, que fumando parsimoniosamente les vigilaba (JA!) desde la orilla.



La fulminé con la mirada y me tragué la mala leche... os juro que me dieron ganas de coger una escopeta y empezar a disparar pero tengo entendido que eso es delito. Claro que también puedo contraatacar engendrando bichos peores que los suyos. Pero, ay, eso sí que sería una condena para toda la vida.


P.D. Gracias a tod@s por vuestra calurosa bienvenida. Si es que os tengo que querer...




11 comentarios:

Nuria on 8 de julio de 2010, 12:24 dijo...

Jeje, una divertida forma de contarnos tu aversión a los niños, no es para menos, los niños educados son adorables pero niños como los que describes... son odiosos y sus padres unos cara dura.
Un beso.

Ellyllon on 8 de julio de 2010, 12:28 dijo...

Soy madre pero estoy de acuerdo contigo en cada punto y en cada coma.

Es más, y siendo también madre perruna, a veces me pregunto porqué en ciertos locales (restaurantes, tiendas) no se puede entrar con perros y sí con niños.
¿Verdad?

Un besazo guapa!
Elly

♥ Ana ♥ on 8 de julio de 2010, 13:17 dijo...

En todo caso te deberías cabrear con los padres, pero no con los niños. Todos hemos sido niños, tú también y seguro que alguna habrás hecho.

Un beso

MEL on 8 de julio de 2010, 14:39 dijo...

No te cuento mis tardes en la piscina rodeada de niños, verdad? salen de debajo de las baldosas!!! no, mejor no te cuento...

Cariñamíademividamicorazónymisentrañas, necesitamos una foto de ese cuerpo serrano de ÉL en bañador, mi reino por esa foto!!!! mmmmmmmmmmmmmmm

Lo habeis pasado bien, a que si? qué tierno...

Rose on 8 de julio de 2010, 18:13 dijo...

Ja,ja,ja, como comenta Nuria, los niños cuando son maleducados, son lo peor, bueno, lo peor son sus padres, que ellos son niños y están en edad de educar y moldear, pero los padres, ayyyyyyyyyy, Diorrr, paciencia, a esos quién los educa? Ahí radica el grave problema. De todas formas imagino que tus vacaciones habrán sido estupendas, porque no hay niño que te amargue un viajecito así. Un beso guapa.

Pilar on 8 de julio de 2010, 18:28 dijo...

Lo peor de los niños es que los hay en todos sitios, cuando menos te lo esperas también, y no hay escena romántica que aguante su participación.

La culpa de los padres/madres, vale, pero a quien te gustaría ahogar es al pequeñocuellicorto, ¿recuerdas La gata sobre el tejado de zinc? No hay mejor retrato de estos "niñitos".

Anónimo dijo...

Como bien dices...se odia a los niños, pero es mucho peor lo que hacen los padres....ainsss...

Ely on 8 de julio de 2010, 21:02 dijo...

ya he opinado suficiente sobre los niños, me acaloro

Regalp on 9 de julio de 2010, 14:10 dijo...

por todo lo que comentais soy tan feilz de tener una calita a la que voy y no suele haber niños... qué paz, que tranquilidad... no te mojan si no quieres, no te echan arena al pasar corriendo y todo es maravilloso.

Esta tarde allí estaré para disfrutar de la paz y tranquilidad que me da el mar... sin niños.

Saludos y buen finde

Cruela DeVal on 9 de julio de 2010, 14:22 dijo...

Uyyyys no hay NADA que me joda más que me mojen y/o me salpiquen, ¿y los graciosos que te empujan para que te caigas de lleno?

como siempre pero entiendo la madre, joder tú estás divinamente en la playa como para estar mirando los retoños, las madres tenemos derecho también y uno de ellos es relajarse en la playa aún a pesar de parecer ser una impresentable. ..jajajjaja

Besos

baejnsp on 12 de julio de 2010, 21:45 dijo...

Hola, jajaja, me siento totalmente identificado contigo... yo también odio a los criajos, siempre he dicho que la mejor opción es tener un perro (además de las múltiples ventajas económicas que representa frente a un niño).

Un saludo!

 

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