Frases que marcaron mi infancia

martes, 30 de noviembre de 2010

He descubierto un blog buenísimo en el que autora cuenta los consejos que le daba su madre cuando era pequeña y me he dado cuenta de que todas las madres del mundo hablan prácticamente igual. No importa de dónde sea la tuya: del norte, del sur... es lo mismo, todas utilizan los mismos consejos, las mismas amenazas y las mismas frases hechas. ¿Será un gen específico que se les activa en el paritorio?



Este blog me ha hecho recordar algunas frases que marcaron mi infancia (y la de mi hermana), ya fueran de mi madre, de mi padre o de mi abuela. Aquí las tenéis:

- Ten cuidado, que te vas a partir la crisma: esta frase de mi madre me encanta, de hecho, es que la palabra crisma me encanta. Daba igual que nos subiéramos a una silla, que hiciéramos la voltereta, que bajáramos en bici por una cuesta a toda leche... valía para todo.

- Te vamos a tener que ingresar: vale, lo reconozco, cuando era niña comía más bien poco (aunque de todo) pero tanto como para temer principio de desnutrición no era, os lo aseguro. Sin embargo, ésta era la amenaza preferida de mi madre. Yo ya me veía en el hospital, enchufada a un gotero y con ese horrible camisón abierto por detrás...

- Ay, si lo pillaran los chinitos: esta frase la utilizaba mi abuela cuando no queríamos comer más. Mi hermana y yo comíamos de lunes a viernes en su casa y nos tenía martirizadas con los pobres chinos. Nosotras veíamos en la tele a los niños de África, con sus panzas hinchadas, pero ni rastro de los chinitos en los reportajes del hambre en el mundo. Pero para mi abuela eran los que más necesitaban la comida, no me preguntéis de dónde lo sacaba. Hoy, esta frase es una coña familiar. Cuando alguien deja algo en el plato, decimos todos a una: “¡¡¡Ay, si lo pillaran los chinitos!!!”

- ¡Déjate con tu padre!: es la versión de mi abuela del “como se lo diga a tu padre”. Ella es una mujer de carácter y aguántala cuando saca el genio pero a veces no podía con nosotras. Entonces soltaba un “déjate con tu padre, déjate” y… ¡milagro! Mi hermana y yo agachábamos la cabeza y parecíamos angelitos.

- Os voy a llevar con el cojo de Cirauqui: no teníamos ni idea de quién era este señor pero sólo con nombrarlo, mi padre conseguía acojonarnos. Yo me lo imaginaba viejo, con una gabardina larga, su cojera, tan poco amigo de los niños... vamos, la versión navarra del hombre del saco. Para vuestra información os diré que Cirauqui, es un pueblo de Navarra y el Cojo parece ser que fue una paisano que luchó en las guerras carlistas (esto lo supe ya de mayor, por supuesto ). En boca de mi padre daba mucho miedo, en serio.

- Eres más mala que la peste: esta frase me la repetía mucho mi padre, tanto que llegué a creerme la reencarnación de Satán. Como os lo cuento, eh? Yo me miraba al espejo y me veía las orejas puntiagudas y todo. Vamos, convencidísima de que era la hija del demonio.

¿Y vosotras/os? ¿Tenéis frases que os hayan marcado la infancia?

Cumpleblog y un BASTA bien grande

jueves, 25 de noviembre de 2010

Hoy hace justo un año mi ex se iba de casa y comenzaba mi nueva vida. Era el día uno de mi año cero.

Para celebrarlo abrí este blog. Bueno, también para sentirme un poquito acompañada, lo confieso. Pensé que su ausencia me iba a pesar mucho, que tendría horas y horas vacías en mi casa con la pena a cuestas, pero la realidad es que ha sido más fácil de lo que esperaba. De hecho posteo desde el trabajo porque en casa no me da tiempo (como se entere mi jefe-padre me cuelga).

Me hace ilusión ver cómo va creciendo esto poco a poco, que ya tengo 52 seguidores (gracias, Nela por apuntarte), que hay gente que se interesa por lo que cuento. Porque no hablo de grandes temas ni hago reflexiones profundas... me limito a contar pequeñas historias que son las que le ponen sal a la vida.

A las que están aquí desde el principio, a quienes se han ido incorporando a lo largo de este año, a las/os que comentan, a quienes pasan por aquí sin decir nada... a todas/os:



Hoy también se conmemora (no voy a decir se celebra) el Día Internacional contra la violencia hacia las Mujeres.

Hasta la fecha, 64 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o ex parejas... y aún no ha acabado el año. Pienso que la clave está en una educación basada en la igualdad desde la cuna pero, sinceramente, no soy muy optimista. Me deja perpleja el hecho de que haya mujeres jóvenes que entiendan como parte de una relación ciertos comportamientos machistas, que soporten gritos, insultos o tirones de pelo porque “él tiene mal carácter” y que haya otras que, en vez de decirles que no tiene por qué aguantar eso, las animen diciendo que los buenos momentos compensan.

Así que hoy soplo mi primera vela pero también alzo mi voz para gritar bien fuerte que BASTA YA DE VIOLENCIA MACHISTA.




Maldita parca

martes, 23 de noviembre de 2010

Una llamada a deshoras no es presagio de nada bueno. “Se ha muerto el Gordo” - anunció mi prima entre lágrimas. Y yo enmudecí.




Qué puñetera es la muerte, espera agazapada y ataca cuando menos te lo esperas. Nunca es bien recibida pero cuando llega así, de sopetón, cuando se lleva a alguien joven, sientes su zarpazo con más fuerza.

El Gordo es una de esas personas que se cuela en tu vida sin darte cuenta. Amigo de mi primo desde la infancia, su mejor amigo, es parte de la familia.

Desde que tengo uso de razón lo recuerdo. Siempre de buen humor, amable, risueño, dispuesto... hay muchos calificativos que me vienen a la cabeza y todos buenos. Suena muy tópico, lo sé, cuando alguien muere parece que nos olvidamos de sus defectos pero, sinceramente, me cuesta mucho encontrarle alguno.


La vida sigue, la rueda no para y cosas como ésta me confirman una vez más que hay que disfrutar de cada momento, aprovechar al máximo y, sobre todo, ser buena gente. Que por lo menos cuando nos vayamos nos recuerden con el mismo cariño con el que todos recordaremos al Gordo.

Pequeñas cosas que me hacen más agradable este tiempo desagradable

viernes, 19 de noviembre de 2010

Nací en el sitio equivocado, lo sé, el País Vasco no es el lugar más apropiado para alguien que odia la lluvia. Estoy harta de borrascas, de frentes, de alertas... pero como al mal tiempo hay que ponerle buena cara, he aquí mi pequeña selección de esas cosas que me hacen más llevadero el crudo invierno:

- Calentarme las manos con una taza de sopa ardiendo

- Ponerme mis calcetines gordos y la enorme chaqueta de ÉL para estar en casa

- Pasar la tarde del domingo comiendo chucherías en el sofá

- Pisar los charcos con mis botas de goma

- Comer cocido en casa de mi madre

- Enroscarme en mi bufanda kilométrica

- Acariciar a mi gata

- Merendar chocolate con bizcocho en casa de mi amiga Aurora

- Acurrucarme en el sofá con un buen libro

- Regalarme una sesión de belleza-Spa casera

- Ronear en la cama toda la mañana


¡¡¡Feliz fin de semana a pesar de todo!!!


¡¡¡Pudimos!!!

lunes, 15 de noviembre de 2010


1 hora, 54 minutos y 42 segundos. Ese es el tiempo exacto que tardé en recorrer los 20 kilómetros que separan Behobia de San Sebastian.

Estoy contenta pero tengo una espinita clavada. Creo que si hubiera estado al 100% físicamente podría haber arañado esos 4 minutillos y haber terminado la carrera en 1 hora y 50 minutos. Pero teniendo en cuenta el rosario de males que me acechó durante el último mes, con un trancazo monumental como colofón esta semana, y dadas las adversas condiciones climatológicas (lluvia persistente y viento en contra durante todo el trayecto) puedo estar más que satisfecha.

Mi carrera comenzó el sábado, con llamadas y mensajes de ánimo en mi móvil, en mi muro Facebook y en mi blog. Mis compañeros del gimnasio, mis amigas reales y virtuales, vosotros, lectores del blog, mi familia... todos estabais pendientes del resultado, así que la presión era considerable.

He de confesar que pasé momentos duros. Calada hasta los huesos, con los pies empapados y el frío metido en el cuerpo desde el kilómetro 10 sólo podía pensar en que aún me quedaba la mitad. Pero la frase que Ely dejó en mi muro el sábado me servía para tirar palante. “Go, Perla, go”, me repetía como un mantra mientras apretaba los dientes.




Aún en esas circunstancias, echándole un par sigues corriendo. No sé si es el cerebro el que manda a las piernas no parar o son las piernas las que continúan dando zancadas por inercia. En cualquier caso sigues, hacia delante, siempre hacia delante, alentada por el público que abarrota las aceras durante todo el recorrido. Como dice Iran en el comentario del post anterior, se merecen un monumento (por cierto Iran, gracias por poner tu granito de arena). No dejan de animar en ningún momento, te llaman por tu nombre, te aplauden a rabiar... es increíble.

Cuando crucé la meta pensé “el año que viene no vuelvo” pero amigas/os, esto es como los partos, que cuando pasa un rato se te olvidan todos los dolores que has sufrido, así que ya me ronda por la cabeza el reto para el próximo año: conseguir terminar en 1hora 45 minutos.

Como ya os conté, correr la Behobia-San Sebastian era uno de mis propósitos de Año Nuevo, junto con llegar a fin de mes sin morir en el intento y dejar que la vida me sorprendiera.


Hoy, 15 de noviembre de 2010 puedo decir que ya he cumplido los tres.



P.D. Muchas gracias a todas/os por vuestros ánimos y por creer que era capaz de esto aún cuando yo misma tenía mis dudas. Os quiero, os quiero taaaaaaanto.

¿Podemos? (EDITADO)

viernes, 12 de noviembre de 2010


Me encuentro luchando contra los elementos y lo que es peor, contra mi propia mente.


Este fin de semana necesitaré mucha energía así que voy a subir el volumen de esta genial canción de Ana Torroja, que me carga las pilas y me da muy buen rollo.


http://www.youtube.com/watch?v=APZ5I00kpN8



Espero volver el lunes entera.


¡¡FELIZ FIN DE SEMANA!!

P.D. Edito para agradecer a Lily, seguidora nº 51. ¡Qué ilusión me haría llegar a los 100! (No es una indirecta, eh? qué va...)

Una de mesa camilla

martes, 9 de noviembre de 2010

No es que me guste criticar, no, no, no, pero es que a veces no le queda más remedio a una que darle a la sin hueso en plan corrillo de Sálvame o ronda de mesa camilla.





El sábado tuve una boda y comprobé que hay gente que no tiene espejos en su casa. No me meteré con el gusto de cada una, que es muy subjetivo, y al igual que había vestidos que yo jamás me pondría, quizá había también mujeres que ni pagando se pondrían el mío (cosa que dudo porque era monísimo).

A quien me refiero concretamente es a una de las invitadas, que dio mucho de qué hablar, bueno, más bien su look. Llevaba un vestido negro, holgado, con una flor en la parte superior derecha. Hasta ahí todo bien, no?





Pues no, porque lo combinaba con unas botas por encima de la rodilla (AAARRRGGGG), llevaba medias transparentes (AAARRRGGGG) y lo que es peor, el vestido (más bien podríamos llamarlo blusón) justo le tapaba el culo. Y hablo en sentido literal.

Total, que cada vez que la muchacha se inclinaba hacia delante se le veían las bragas.

Pero nadie fue capaz de decirle nada. En nuestra mesa lo comentamos... "¿le avisamos?”, dudábamos. Pero la susodicha tenía aires de Naomí Campbel y claro, temíamos que tuviera el mismo arranque de mala leche que la pantera negra. Así que callamos. “Ahí está su marido, que le diga algo él”, concluimos.

¿Hicimos bien? ¿Vosotras le hubierais avisado? ¿Era consciente y estaba encantada de que todos le miraran? ¿Quería ser más protagonista que la novia?



He de decir a su favor, que por lo menos no llevaba tanga...



Resaca post-puente II

viernes, 5 de noviembre de 2010

A petición de mi bilbaina favorita, Heike, (Mel, lo siento, me duele decirlo pero tú eres cántabra) voy a resumiros un poco cómo se ha acoplado ÉL a mi tribu. Podría decirlo en una palabra, BIEN, o incluso en dos, MUY BIEN, pero mejor os cuento una pequeña anéctoda del puente para que juzguéis vosotras mismas.

La cena del sábado fue de celebración del cumpleaños de mi tío y de mi pequeña prima así que lo dimos todo. Y cuando digo todo, quiero decir TODO. Con el cocido del mediodía aún sin digerir y los gintonics de la tarde refrescándonos el estómago, nos sentamos otra vez a la mesa.

Tomamos entremeses, primer plato, segundo, tercero, postre, almendras, pastas... Bebimos de todo: vino tinto, blanco, dulce, cervezas, cava, patxarán, cubatas... Lo normal, vaya, aunque mi abuela insista en decir con cara de resignación "ay, pero cuánto bebéis" cada vez que sacamos la basura (en varios viajes para no pasar vergüenza) después de una de nuestras citas.


Mi tía y yo bailamos una sevillana y después... después sacamos la estrella de nuestras reuniones: el cancionero. Sí, amigas, en mi familia tenemos un cancionero que me curré hace unos años con las típicas canciones populares, de tuna, coplas... y tiene un éxito que no veáis. Lo malo es que después de cuatro canciones ya no nos ponemos de acuerdo en qué cantar y cada uno acabamos intentando imponer nuestro criterio desafinando a voz en grito. Imaginaos...

Pues eso, que el sábado, cómo no, terminamos cantando. En éstas me dice mi prima la Toreta, “mira, ÉL está cantando” y yo, “no puede ser… jamás le he visto cantar”. “Pues mira, mira”. Y efectivamente, allí estaba ÉL en plan barítono compartiendo cancionero con mi padre.

Al día siguiente no se acordaba de haberlo hecho pero se le veía mucho más suelto. Y es que cantar borracho une mucho. Mirad si no cómo cuando entonamos el Asturias patria querida lo hacemos agarrados del hombro de alguien.


Resaca post-puente

martes, 2 de noviembre de 2010

Este puente he tenido reunión familiar. He dicho muchas veces que somos como un clan gitano y no quiero ser pesada pero lo repito una vez más. Vamos a todas partes juntos, armamos más jaleo que los Flores en sus buenos tiempos, cantamos, voceamos... pero, básicamente, estas quedadas se pueden resumir en dos palabras: comer y beber.

Esta vez había una novedad: venía ÉL. Mi relación no puede seguir adelante sin la aprobación de la tribu así que ya tocaba. Antes de ir le advertí, “estas reuniones son muuuuuuy familiares, no te me vayas a agobiar”. “Que soy de Bilbao, aibalaostia, ¿con miedos a mí?”.

Realmente ya conocía a casi todos porque cuando en verano fuimos al pueblo que me vio crecer allí estaban mis padres, mis tíos, mi abuela, mis primos los Toretes, mi hermana y mi cuñado. Pero aquélla fue una visita relámpago así que no hubo tiempo de profundizar.

Esta vez teníamos tres días, tres, por delante para intimar o lo que fuera. Y bueno, creo que fue bien. Por lo menos bebe tanto como el resto.

Os voy a hacer un resumen de lo que ha sido el puente para que veáis que no os miento:

Llegar a Logroño
Comer
Beber
Salir de compras
Beber
Cenar
Beber
Dormir
Desayunar
Visitar bodega
Beber
Comer
Beber
Sestear
Cenar
Beber

Dormir
Desayunar
Comprar
Comer
Beber (menos, que había que conducir)
Volver
MORIR

Hoy soy redonda y si prendieran una cerilla a lado mío os aseguro que explotaría.

P.D. 1 - El final de la semana pasada fue horrible en el curro, me dieron tal paliza que tuve que trabajar las ocho horas completas así que no pude responder a los últimos comentarios. Lo siento.

P.D. 2. - Gracias a Belén por apuntarse a seguidora y por comentar el post anterior. Estás en tu casa.

P.D. 3 – Gracias a Manuel Maria Torres Rojas, seguidor número 50. ¡¡Me encanta, me encanta, me encanta!!
 

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