Lluvia 1 - Perla 0

Mecagüen Maldonado, Minerva Piquero y todas las previsiones meteorológicas (sí, sí, sé que estos dos ya no dan el tiempo pero es que no me sé el nombre de los de ahora…)

Este fin de semana tenía mi primera ruta motera de verdad: rumbo Cantabria y Asturias, destinos sorpresa (muy típico de ÉL).

Salimos de mi querido pueblo el viernes por la tarde con 30º y un cielo azul que cegaba. Llegando a Bizkaia empezó a bajar la temperatura e hicieron aparición las típicas nubes del norte, esas que lo mismo descargan el aguacero del siglo que aguantan una semana sin echar una gota. Tan indefinido estaba el tiempo que cuando pasábamos cerca de su casa ÉL me preguntó si cambiábamos la moto por el coche. “Naaaaaa” – dije yo haciendo gala de un optimismo desmesurado – “si no va a lloveeeer. Aguantará, seguro”.

ÉL, obnubilado por el amor, me hizo caso. ¿Por qué? ¿Eh? ¿¿¿Por qué???

Llegamos a Santillana del Mar con un ligero frescor. Salimos a cenar, nos tomamos un par de mojitos y nos retiramos a la posada Casa del Organista. A la mañana siguiente, visitamos Comillas y San Vicente de la Barquera y nos dirigimos hacia Asturias.

Y entonces, empezó a llover. No era el diluvio universal, todo hay que decirlo, sino una fina llovizna que después de unos cuantos kilómetros sobre la moto pues oye, que cala. ÉL estaba preocupado por mí, más mono, mi bautismo motero y todas las previsiones se habían equivocado. ¿Dónde estaban esos soles como catedrales que anunciaba la tele?

Nos tuvimos que refugiar en el hotel de Cangas de Onís y en unas cuantas sidrerías porque se nos cayeron varios de los planes previstos.

Pero a pesar de todo, he disfrutado muchísimo. Ir en moto es una pasada, la perspectiva es distinta a la del coche, todo se siente de forma más intensa y te invaden olores a eucaliptos, mimosas… y mierda de vaca, para qué os voy a engañar.

He comido y bebido más de lo que debería. Tanto que he decidido desintoxicarme esta semana pero tengo un hambre canina que no me aguanto. Hale, me marcho a merendar.


P.D. Gracias a Quietbrown, seguidora número 37.